Demanda obliga a David Copperfield a revelar uno de sus trucos más icónicos
En Estados Unidos, existen más de 15 millones de casos civiles al año y las demandas contra las celebridades y empresarios exitosos no son una excepción.
En este caso, El mago David Copperfield se ha visto obligado a revelar uno de los trucos de magia más famosos debido a una demanda hecha por un espectador.
Hace 5 años, Gavin Fox, un chef británico, disfrutaba del espectáculo en Las Vegas cuando aceptó ser seleccionado como uno de los voluntarios para participar en el acto de ilusión “Lucky 13”. Éste consiste en hacer desaparecer a trece personas del escenario (seleccionadas al azar por medio de grandes pelotas), los cuales inmediatamente aparecen en la parte posterior del teatro, atrás de la audiencia.
Años después, Fox asegura que durante ese recorrido se resbaló y cayó, sufriendo de un hombro dislocado que degeneró en un dolor crónico el cual terminó en una lesión cerebral. También asegura que los gastos medicos a raíz del accidente ascienden a 400.000 dólares.
Dadas las circunstancias,Chris Kenner, productor ejecutivo del mago tuvo que detallar en qué consiste el acto de ilusión: “Los trece participantes son conducidos por un sistema de pasillos oscuros interiores y exteriores desde el escenario hasta el lugar de la reaparición”. Inclusive detalló que las personas deben de recorrer la cocina del recinto, lo suficientemente rápido para entrar a la parte posterior del teatro, donde acaba el truco.
Morelli también le preguntó a Kenner si el equipo y Copperfield evaluaron visualmente la condición física y el calzado de los miembros de la audiencia elegidos al azar para participar en el truco. Kenner se negó a decir que era peligroso guiar a las personas a lo largo de la ruta desconocida.
Según Morelli: “Mi cliente no sabía nada, estaba en medio del truco cuando le dijeron: “levántate, ven conmigo”. Mi cliente lo describe como “un conejo que sale de un agujero”. Los voluntarios debían salir apresuradamente de sus asientos mientras el telón estaba levantado y se abrieron paso a través de un pasillo secreto y un área al aire libre que los llevó de regreso al teatro, una ruta oscura y desconocida para los participantes, quienes también tuvieron que lidiar con una pendiente, polvo y escombros de una construcción.
Sea como fuere, Cox afirma que sufrió un hombro dislocado con la caída, y más tarde comenzó a tener un dolor crónico que terminó en una lesión cerebral. El hombre y su esposa, Minh-Hahn Cox, buscan daños no especificados en la demanda por negligencia.