China se niega a aceptar más basura del resto del mundo
Desde los años 80, China comenzó a comprar basura a varios países desarrollados con el fin de utilizarla para sus propios fines.
El país asiático recolectaba plástico, metales y residuos, para posteriormente tratarlos y convertirlos en algo útil para ellos mismos (tales cómo tuberías). Esta actividad es tan importante, que tan sólo en el 2016, recolectaron el 70% de la basura que se producía en el mundo, comprándolo a Japón, EE.UU y la Unión Europea.
Pero, debido a que en recientes años se ha convertido en el país más contaminado del mundo, ha comenzado a imponer ciertas regulaciones que a muchos países del mundo los ha puesto en “jaque”. Por ejemplo: prohibió la entrada al país 24 categorías de material reciclable y desechos solidos.
Adicionalmente, la basura que busque ser vendida a China, debe de estar “más limpia”, es de esta manera lograra proteger su ambiente, y cuidarlo de sustancias peligrosas.
Esto quiere decir que si los países quieren seguir vendiendo sus desechos a China, deben de ponerse al tanto con los lineamientos que estableció, de lo contrario, tendrán que comenzar a preocuparse por lo que harán con sus propios deshechos.