El lado humano del Liderazgo
Dejemos primero algo en claro. Naciste, estás vivo, superaste miles de obstáculos, decepciones, inconvenientes, injusticias, pérdidas, y aun así sigues de pie. Así que no te lo cuestiones, y mucho menos que nadie te lo cuestione, ya eres éxito, ya eres líder. Sin embargo, pocos conocen el verdadero significado de serlo.
Darnos cuenta de lo que en realidad es ser un líder, es la elección más trascendente que uno puede tomar en la vida: es la decisión de salir de la zona de “confort” para llegar a la cúspide.
El mundo ha estado evolucionado de manera rápida y contundente en los últimos años y con ello la forma de liderar. Es decir, anteriormente, se pensaba que el ser líder tenía que ver con algún cargo, tener seguidores, estatus económico, o títulos universitarios; que era cosa de grandes ejecutivos, que el éxito solo estaba reservado a unos pocos afortunados. De ahí que la frase “quién es el jefe” era aceptable, hoy en día no lo es.
Es decir, el liderazgo debe estar basado en tu forma de ser, en tus acciones, no en tu cargo, el líder no busca seguidores, no busca fama, sino que busca darse a los demás, ayudarles a crecer, apoyarlos a ser sus mejores versiones, ellos tienen que tener la certeza que tú vas a estar ahí para que las cosas funcionen de la mejor manera. Asimismo, debemos saber que liderar no es mandar, esto no debe de basarse en la obediencia, sino en el compromiso de servir, de olvidarse de uno mismo, y ver por los demás. Todos nosotros, por el mero hecho de ser personas, podemos ser líderes.
La clave está en ser una gran persona, ser humano, ser autentico; esto significa realizar todo tu potencial y llegar a conocer de verdad al genio que llevas en tu interior, no perdernos en el camino a la cumbre, no esperar estar en la cima para poder empezar a desarrollarnos como verdaderos líderes. Si quieres ser barrendero, sé barrendero, pero sé el mejor barrendero del mundo.
En ese sentido, solo hay una forma de que una empresa salga victoriosa en este nuevo mundo, y es desarrollando el talento para el liderazgo de cada una de las personas que componen la empresa, es decir, la única manera de que la competencia no nos rebase, es fortaleciendo las capacidades de todos los trabajadores para que sean líderes en todo lo que hagan. Desde barrer la calle, hasta ejecutar las operaciones claves de la misma.
En suma, no escapará que la mayor parte de las personas dependen del espejo social, es decir, son programadas por las opiniones, las percepciones, los paradigmas de la gente que los rodea, así; podemos optar por reflejar para los otros una visión clara y no distorsionada de su propio ser, afirmando su naturaleza proactiva y tratarlos como a personas responsables y líderes, lo que al final del día sería lo mas saludable para cualquier compañía, pues éstos a su vez fungirían como tales.
Por otro lado, para desarrollarnos como líderes debemos actuar inteligentemente, con sensatez, así evitaríamos dos grandes errores del liderazgo inadecuado. El primero es el ego, es decir, el apoyarte en ti mismo como la única autoridad, el centro de atención, como la persona que tiene que tener la razón siempre. El otro error consiste en la falta de interacción con los demás.
En ese orden de ideas, no escapará a la prudente apreciación del lector, que lo que buscamos está justamente en el lugar en el que nos encontramos ahora mismo, únicamente debemos enfocarnos en las situaciones que se nos presentan en el entorno, y sacar de ellas el mejor provecho posible confiando en nosotros mismos y en el auto liderazgo que tenemos en nuestro interior pero que por desconfianza e inseguridad no lo permitimos surgir y además obstruimos para que las demás personas tampoco lo puedan ver; así que es necesario incentivar todos los días de manera positiva a las personas que nos rodean para interactuar aportes importantes que contribuyan con la consecución del éxito colectivo.
Redacción: Enrique García Pizaña